PRIMAVERA Y ALCOHOL

Han pasado tantas cosas estos últimos días que ya no sabría qué explicaros. Deseo verme bien cómo siempre y conseguir al menos 55kg para mi cumpleaños. Pero veo que la fecha se acerca más y más y no hago nada por conseguirlo. Y no, no me engullo todas las galletas que encuentre ni me como dos pizzas familiares yo sola, eso es algo que nunca he sido capaz de hacer. Es solo que hace tiempo que he llegado al punto en el que comiendo muy poco y haciendo ejercicio mantengo mi peso. Y lo odio. Y como conclusión, me odio.

Hice una amiga, quizá debería ser algo bueno. Y sí, lo es. Compartimos millones de pensamientos y nos apoyamos la una a la otra. Nunca le he hablado de mi desorden alimentario, ni pienso hacerlo. Ella ha visto todas mis cicatrices y no le han importado lo más mínimo. Es decir, solo le importarían si no fueran cicatrices y fueran heridas nuevecitas. La verdad es que le agradezco al mundo haber podido toparme con alguien así. 

La cuestión es que odiamos el mundo juntas, nos odiamos a nosotras mismas en compañía y nos reímos de todo eso juntas. Nos deprimimos juntas y nos reímos de nuestra depresión juntas. Incluso nos preguntamos si algún día conseguiremos amarnos a nosotras mismas. Pero, todo eso solo existe los viernes después de gastarnos casi toda la paga en cervezas. 
Y me atormenta. Una, mi hígado de momento no sufre pero en un futuro quizá lo pague. Dos, el dinero. Tres, la resaca. Y la cuarta pero la más importante: CALORÍAS.

La única forma que tengo para comunicarme con la gente es haber bebido antes. También la única forma en la que puedo sentir como la euforia invade mi cuerpo y me hace olvidar lo malo. Y finalmente puedo llorar sobre cosas que me atormentan abiertamente y sin castigarme o reprimir lo que estoy sintiendo. ¿Pero de que me sirve poder llorar porque me odio porque soy gorda si para ello tengo que beberme tres cervezas que me van a poner aún más gorda?

Ahora se podría decir que como bien, o lo intento. 
Normalmente suelo comer:
Desayuno: Té negro con leche de soja. Una tostada de pan con jamón de pavo.
Media mañana: Té verde y una manzana.
Almuerzo: Carne o pescado a la plancha o al vapor (muy poco), ensalada o verduras cocidas y té rojo.
Media tarde: Una infusión frutal.
Cena: Puré natural sin aceites ni sal. Y una infusión especial para dormir (no duermo bien).

La cuestión es que intento eliminar el pan de mi dieta, sólo lo tomo en la mañana. Añado infusiones para así engañarme y tomar más agua. Y nada intento añadir carnes (aunque no me gusta mucho) porque nunca tomo y eso me hace sentir muy débil.

Maldita sea. No sé cómo acabar con esto. Como llegue día 14 y siga pesando exactamente lo mismo me voy a querer morir.