Super animada.

¡Hola chicas!

La verdad es que me había levantado un poco desanimada por ciertas cosas que me pasaron ayer. Vamos, chorradas que me afectan demasiado y no deberían hacerlo. Pero en seguida he recordado que me había propuesto hacer la dieta de tres días que publiqué ayer. Y no solo es eso lo que me ha animado, sino que ayer me enfrenté a mis miedos... ¿y qué hice? Me fui nada más y nada menos que con mi madre al centro comercial. Al principio me desanimé al ver que todo eran tallas 32, 34, 36 y que solo mirando al final de todo el montón de ropa encontraba, a veces sí y a veces no, mi odiada talla 38. Os juro que no paraba de pensar en la vergüenza que suponía que alguien me encontrara buscando una de las tallas "grandes" al final de aquellos montones. Cada vez que pasaba por delante de un espejo, la pequeña ilusión que aún tenía desaparecía... ¡Qué asco de espejos! Pero no, no todo fue tan mal. ¿Os imagináis mi cara al probarme unos estupendísimos pantalones y pidiéndole a mi madre que me buscara la 36? Creo que nunca había sonreído tanto. Eso sí, hay que decir que los pantalones me quedan muy estrechos, un poco más y exploto. Pero hace nada la 38 me quedaba así, Vamos, los compré. Solo estoy deseando que me vengan normales y seré la chica más feliz de este planeta. Así que quiero comprobar si la dieta de los tres días me hará bajar cuatro quilos o si será un fraude y mis pantalones seguirán siendo demasiado estrechos. Ya os iré comentando.